Esa que ves en la foto, soy yo.

Mi nombre es Elena.

Creo firmemente en la transformación de personas y equipos y me dedico a ayudarles a conseguirlo.

No utilizo polvos mágicos ni recetas milagrosas, lo hago a través del autoconocimiento profundo y herramientas y experiencias en Coaching.

Hacemos cambios personales y solucionamos problemas cuando entendemos su origen. Yo lo llamo encontrar tu nexara.

También ayudo a los equipos a comunicarse mejor, a crear liderazgo del bueno y no del casposo, a influir y contagiar pasión, entre otras cosas.

¿Tú crees en los cambios profundos?

¡Genial! Pon tu correo aquí y te enseñaré por dónde se puede comenzar.

Mi otra vida.

¿Sigues por ahí?

Déjame que te comparta algunas cosas.

Llegué a este mundo en el pirineo aragonés allá por 1979 aunque he vivido casi toda mi vida en los Madriles; sin embargo, toda mi familia es del norte y yo me siento muy de allí.

Soy la mayor de 3, me licencié en Derecho y siempre he estado muy ligada a la música y, en concreto, al piano.

Antes, era otra persona, otra vida, otra historia.

Trabajé durante más de 15 años en empresas multinacionales del sector financiero y automoción.

Aprendí mucho del mundo empresarial. Me empapé del sector hipotecario, del derecho

bancario, regulación de gestión de activos y asesoramiento en servicios financieros.

Sobre todo, entendí cómo coordinar equipos aquí y fuera de España.

En mi última etapa, México me enseñó un mundo profesional diferente. Gestioné el departamento de compras internacionales de una fábrica del sector de la automoción y aprendí a implementar y gestionar los sistemas de calidad internacional.

Entre vidas

Llegó un día, en que una noticia personal hizo que todo cambiara.

Ya no me apetecía seguir apostando por puestos de responsabilidad en la empresa.

Durante muchos años, estuve metida en la rueda del hámster y me compré una capa de aquí no pasa nada y yo puedo con todo.

Fue un mundo que me aportó mucho pero que me dejaba vacía y no me hacía feliz.

El parón hizo que empezara a mirarme a mí misma.

Tenía claro que quería algo diferente para mi vida.

Así que con todo lo que había aprendido en tantos años, quería hacer cosas que marcaran un antes y un después en la vida de las personas y de las empresas.

Y como tengo mucha energía y no me quedo sentada en la silla esperando a ser salvada, empecé a formarme en Coaching transpersonal, en coaching ejecutivo y de equipos; en heridas emocionales, en comunicación efectiva, leo, leo y leo libros y me gasto la pasta en actualizarme y crecer de la mano de los mejores en el mercado.

Y así… ¡BOOM! ¡Me conocí!

Supe el origen y el porqué del haber estado tantos años dando vueltas.

Hoy en día, entiendo dos cosas básicas:

  • Si no te conoces o no conoces a tu equipo y empresa, no hay rumbo. Saber quién eres o qué tipo de empresa eres, es básico para comprender el origen de lo que está pasando.
  • Y dos, una vez que te reconoces, mejoras tus relaciones personales y profesionales y abres un nuevo camino de libertad personal y empresarial.

A mí, me ha costado mucho entenderlo y llegar a ese punto, pero ahora me siento feliz y en paz conmigo misma.

Hoy

Desde el 2020, ayudo a personas, profesionales y a empresas a crecer y desarrollarse buscando su causa raíz y promoviendo cambios sostenibles en el tiempo.

Mis clientes aprenden conmigo a través de sesiones individuales o grupales, presenciales, por Zoom, en talleres experimentales, cursos, todo lo que se me ocurra para marcar la diferencia.

Eso es lo que hago. No me pidas hacer un Excel, ni entender para que sirve el plano inclinado; si es lo que buscas, aquí no es.

¿Suficiente para ti? No lo sé. Depende de muchas cosas y de que con quién me compares.

No soy psicóloga ni vengo del mundo de los recursos humanos. Vengo del mundo empresarial y, sobre todo, del que me han enseñado en casa: responsabilidad y sacrificio.

Sé de ese mundo, de cómo se vive, de cómo se siente. De ahí vengo, de la rigidez

personal y cerrada, de la autoexigencia y del mundo ultra emocional. Eso, sí lo conozco.

También enseño y comparto cosas con quienes aún no son mis clientes.

Lo hago con un email semanal. Suelo contar mis experiencias personales con mucha retranca y humor.

Con mi gente y mis empresas, me comunico por email y les cuento cosas.

Es gratis.

¿Si no te gusta?

Te das de baja que también es gratis y sigues gestionando tu vida y tu empresa.